Los empresarios alertaron por las últimas medidas tributarias y las consecuencias sobre la posibilidad de eliminar el cepo. El debate por la reforma tributaria como anticipo de IDEA y el reclamo por los impuestos que no se van.
Con las últimas medidas del Gobierno, empresarios alertaron sobre la capacidad de absorber los costos y consideraron que la resignación de recaudación demanda estabilidad macroeconómica. Para financiar parte de las medidas, el Gobierno recurrió a un anticipo de Ganancias para las empresas.
Mediante un comunicado, la Cámara de Comercio (CAC) cuestionó el paquete de alivios de bolsillo de Sergio Massa por el impacto fiscal. “Para que una baja impositiva perdure en el largo plazo debe realizarse en el marco de un programa que asegure la estabilidad macroeconómica, y ello presupone el equilibrio fiscal y la equidad en la contribución”, advirtieron.
Como consecuencia de los anuncios no se acompañaron de una reducción del gasto público, en el sector evalúan que el Gobierno no tendrá la capacidad para solventar el costo fiscal. Según sus cálculos, el impuesto PAIS solo financiará de forma parcial los gastos y el resto deberá ser compensado con emisión monetaria, lo que neutralizará los beneficios otorgados.
Para el tesorero de la CAC, Edgardo Phielipp, la relación entre los ingresos que se generan vía las importaciones o las ventas de insumos, en donde se aplica el impuesto País, y los números, de la primera semana en vigencia, del programa devolución del IVA, ya arrojan saldos negativos.
Bajo ese escenario, el representante de la Cámara aseguró que el Gobierno verá reducidos los ingresos de las cuentas públicas. “Todavía está por verse cuando tiempo se soporte esta situación sin la necesidad de impresión, que conduce a la inflación y la pérdida del poder adquisitivo”, sentenció.
Pero en el sector no solo proyectan las consecuencias de las medidas para el corto plazo, sino también para la próxima gestión. “Si un futuro Gobierno intentara ordenar la economía, reducir la inflación y unificar los tipos de cambio, muy posiblemente deba derogar el impuesto PAIS. Se encontrará privada de esos ingresos, a la par que carecerá de una parte importante de la recaudación del impuesto a las Ganancias y tendrá una importante devolución de IVA que afrontar”, aseguraron en el comunicado.
Así, para la CAC, las medidas del candidato a presidente por Unión por la Patria (UP) no solo tiene efectos sobre el margen de financiamiento, sino que también comprometen una de las principales propuestas de campaña de sus competidores. “El cepo no se va a poder sacar de inmediato porque va genera problemas bastante serios desde el punto de vista del balance y la emisión”, sostuvo Phielipp.
Los impuestos “de emergencia”
Las críticas al sistema tributario también se hacen oír en el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) en la previa del Coloquio de Mar del Plata. En donde se sostiene que, en los últimos años, se crearon impuestos de emergencia que nunca fueron rediscutidos, que hacen que el país pierda competitividad e impacte en la inclusión en el mercado formal.
“Argentina recauda más de 9 puntos del PBI en impuestos completamente distorsivos para la economía, cuando en el mundo no pasan el 2% en Latinoamérica, en Asia Pacífico, ni en los países desarrollados”, sostuvo el economista, Santiago Bulat en la transmisión de TwitterXSpaces junto con el directo de IDEA y socio de EY, Fernando Cóccaro.
En el Instituto hacen una recapitulación y encuentran que desde 1980 hasta el 2023, el crecimiento tributario se duplicó: pasó del 14 a 30 puntos del PBI. A partir de la elevación de la alícuota del IVA (del 13 al 21%), la reforma de Ganancias (del 20 al 35%), el incremento de las retenciones, la creación del tributo a los bienes personales. al débito, crédito y el impuesto País.
Pero pese al aumento de presión, IDEA alerta que la evasión se mantuvo en los mismos niveles desde 1980. “La recaudación recae sobre la misma gente sin ampliar la cantidad. La presión fiscal formal termina siendo muy alta, lo que hace que sea muy difícil que la Argentina sea competitiva”, aseguró Bulat.
Lo que se expone en la salida de empresas del país. Luego de alcanzar el pico máximo en 2007, cuando operaban 11.500 compañas exportadoras, el número descendió a 1.500 no solo del sector agropecuario, cuya consecuencia colateral en la incorporación de trabajadores en el sector formal asalariado.
Lejos de querer eliminarlos, el director del Instituto, que núcleo a más de 500 empresas, promovió que se reforme el sistema, “Pagar impuestos forma parte de la ética empresarial, pero tienen que ser lógicos y competitivos. Porque tenemos que tener competencia con los países del vecindario a partir de una política que proteja el crecimiento económico”, concluyó Cóccaro.
Fuente: Cronista.com