Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) alertó que la aplicación de derechos de exportación “limita las hectáreas sembradas”.
Cuando faltan menos de quince días para el inicio de la siembra de trigo, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) le reclamó al Gobierno “revisar urgentemente” las retenciones del 12% que pesan sobre el cultivo. Para la entidad, aplicar derechos de exportación “estrangula de muerte la rentabilidad de los productores”.
Ayer, vale recordar, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó la siembra de trigo en 5,9 millones de hectáreas, la misma superficie que el ciclo agrícola pasado. No crecerá y, además, si se compara con el registro de los últimos cinco años quedará 6,9% por debajo del mismo [6,34 millones de hectáreas]. Dijo: “El marco económico establece algunos obstáculos a la hora de definir el planteo productivo del cereal. Los costos elevados de los insumos dados los precios del cereal comprimen los márgenes proyectados afectando la competitividad del cultivo”.
En este marco, CRA embistió los derechos de exportación: “Las retenciones han mostrado claramente que van en contramano con un círculo virtuoso de la producción, ya que lejos de promover un ambiente favorable para el crecimiento del sector agrícola, limita las hectáreas sembradas, ahoga a los productores con márgenes ínfimos o negativos y ponen en peligro la viabilidad de sus actividades y hasta el sostenimiento de sus tierras”.
Agregó: “En el caso específico del trigo, el 12% que se deja en el Estado en concepto de derechos de exportación estrangula de muerte la rentabilidad de los productores, ya que se suma a una cuenta vampiro de erogaciones que se chupa toda posibilidad de ganancia”.
Para CRA, en esa “cuenta vampiro” deben “merituarse los gastos de comercialización, semillas, fitosanitarios, fertilizantes, labores, seguros, ellos sin contar el aspecto impositivo presente en todos los eslabones de la cadena”.
“Juntos, sumados a las retenciones, definen un combo explosivo que provocaría una cosecha de quebranto y una consecuente caída en la inversión en tecnología y en la calidad de los cultivos, afectando no sólo a los agricultores, sino también repercutiendo en toda la cadena de valor”, indicó.
Según la entidad, “todos los estudios serios dan cuenta que, con rindes promedios, la próxima campaña de trigo dejaría a los productores con campo propio -y en el mejor de los casos- con saldos que sólo alcanzarían para cubrir los costos y, para aquellos que siembran en campo arrendado, los números serían definitivamente negativos”.
“Ante semejante panorama, resulta fundamental reconocer que las retenciones no sólo impactan negativamente en el sector agropecuario, sino que también obstaculizan el desarrollo económico y social de nuestras comunidades rurales. Al desincentivar la producción y la inversión, estas políticas están frenando el crecimiento económico y perpetuando la desigualdad en nuestro país”, afirmó.
Según había señalado la Bolsa de Cereales porteña, “desde el punto de vista de los costos de producción, los precios de los fertilizantes han mantenido su nivel e incluso algunos han registrado aumentos. Específicamente, la urea y el fosfato diamónico han experimentado incrementos del 23% y 5% en comparación con el año pasado. Los precios de los herbicidas también han aumentado en un 5%”.
La semana pasada, el Gobierno bajó aranceles a la importación de herbicidas y quitó aranceles para el ingreso del exterior de urea. La Bolsa de Cereales porteña precisó que las medidas del Gobierno tendrían “un efecto limitado en la reducción de los costos operativos de la producción”.
“Esto se debe a que los herbicidas, a pesar de que experimentarían una reducción arancelaria más significativa, solo constituyen el 18% de la estructura de costos. Por otro lado, los fertilizantes, que representan, sujeto al tipo de planteos tecnológicos, un 33% de la estructura de costos, tendrían una disminución relativamente modesta en sus aranceles. Estas reducciones arancelarias, si bien positivas, no resultan suficientes para compensar el incremento de costos respecto del año anterior por lo que no logran revertir las tendencias observadas en las relaciones insumo/producto”, afirmó.
Fuente: Lanacion.com