Como en el caso de su competidora Marfrig, la historia de la empresa Minerva es bastante vertiginosa. La familia propietaria inicialmente de la empresa, la familia Vilela de Queiroz comienza las actividades de crianza de ganado y en la prestación de servicios logísticos, transportando animales desde las fincas hasta los mataderos en 1957.
Como frigorífico, Minerva tiene 31 años, inició actividades en 1992 en el estado de San Pablo, donde tiene su sede en la localidad de Barretos.
La familia Queiroz sigue en la cúpula de la empresa y su presidente Fernando Queiroz fue el encargado de enviar un mensaje ante el que probablemente fue el día más importante en la historia de la empresa al comprar buena parte de la estructura de su principal competidora Marfrig.
Pero el crecimiento tan vertiginoso también ha tenido que ver con las fuertes inversiones saudíes en la empresa que tiene ahora por si sola la mitad de la faena de Uruguay.
Los saudíes fueron protagonistas de la compra de uno de los mayores frigoríficos de ovinos por parte de Minerva hace menos de un año, en octubre de 2022. En ese entonces la Saudi Agriculture and Livestock Investment Company (SALIC), filial de propiedad absoluta del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí, y Minerva Foods anunciaron la adquisición del 100% de las acciones de la Australian Lamb Company (ALC), por 400 millones de dólares australianos unos US$ 250 millones. La adquisición se realizó a través de (Minerva Foods Australia), una empresa conjunta establecida el año pasado entre SALIC y Minerva en Australia.
ALC opera dos instalaciones de procesamiento en el estado de Victoria, con capacidad para procesar hasta 3,78 millones de cabezas al año, el doble de lo que faena anualmente Uruguay.
Los saudíes son los accionistas mayoritarios de la empresa con 31% de las acciones seguidos por la familia fundadora que tiene el 22% del paquete accionario.
Los saudíes tienen además al director de administración de la empresa, Abdulaziz bin Saleh Al-Rebdidios.
Además del gobierno saudí, otro motor impulsor de Minerva es el grupo o tal vez corresponda decir la familia egipcia Mansour, el Mansour Group.
El grupo surgió de la actividad de Loufy Mansour un gran empresario algodonero cuya empresa fue confiscada por Gamal Abdel Nasser en los años 60, ante lo cual emprendió el exilio. Mansour fue uno de los primer egipcios egresados en Cambridge y ante la adversidad política migró a Occidente donde recibieron educación sus tres hijos varones que tras su fallecimiento dirigen el conglomerados de empresas familiares.
Hay quienes afirman que el cerebro detrás de Minerva es Mohammed Mansour quien actualmente integra el directorio de la empresa. Mohammad Mansour de profesión ingeniero, dirige un gigantesco grupo empresarial en Egipto donde tienen la representación entre otras de Mc Donalds, General Motors, Caterpillar.
Es el mayor donante de la historia al partido conservador británico desde que en mayo de este año puso un cheque de cinco millones de libras para la campaña que llevó a la presidencia al actual primer ministro Rishi Sunak.
TAL VEZ SEA EXAGERADO DECIR QUE LOS SAUDÍES Y EGIPCIOS HAN PASADO A DOMINAR EL NEGOCIO CÁRNICO URUGUAYO. PERO NO HAY DUDAS QUE LA GLOBALIZACIÓN SE HA INSTALADO DEFINITIVAMENTE EN LA GANADERÍA DE LA BANDA ORIENTAL
Salic también invirtió fuerte en Marfrig, pero en este caso para solventar la compra de BRF, un gigante de la carne no vacuna, fruto de la fusión de Sadía y Perdigao, hasta 2011 dos gigantes de la industria de carne de ave y cerdo de Brasil.
Marfrig dedicada a ave, cerdo y carne vacuna con alto valor agregado. Minerva a la máxima escala en carne vacuna parece ser lo que los estrategas árabes han determinado. Cómo garantizar que el productor uruguayo siga teniendo un mercado competitivo a la hora de vender su ganado, cual Liliputs en tierras de gigantes es el gran desafío que tendrá que dilucidar la comisión de defensa de la competencia del Ministerio de Economía que acaba de dar luz verde a la venta de BPU; y se enfrenta ahora a una decisión que en un sentido u otro, será histórica.
Fuente: Eduardo Blasina