En septiembre pasado, con la aplicación de la primera edición del dólar soja, el ministro Sergio Massa se avivó que había muchos pequeños productores que ya habían vendido su cosecha de ese grano y no iban a poder aprovechar un mayor precio por e tipo de cambio especial y subsidiado de 200 pesos por dólar. Así nació la idea de compensar a los pequeños productores de soja y maíz, con la excusa de ayudarlos a encarar la siembra de ambos granos en el ciclo 2022/23.
De entrada se suponía que el gobierno iba a destinar a este objetivo, unos 40.000 millones de pesos, y que se podrían subsidiar a unos 19.500 chacareros. Es lo que dijo Massa en el acto para anunciar la medida. Entre los que escucharon la promesa estaba el matarife Alberto Samid, que ya había cumplido con sus días de prisión domiciliaria.
El 12 de noviembre pasado, el titular del Palacio de Hacienda finalmente firmó la resolución correspondiente, que creaba y reglamentaba el fondo para pagar esas compensaciones a los pequeños productores de soja y maíz que no hubieran vendido con el primer dólar soja. Los aportes serían de 6.500 pesos por hectárea de soja declarada en la campaña anterior 2021/22, por hasta 400 hectáreas, y de 20.000 pesos por hectárea de maíz, hasta un tope de 100 hectáreas.
Un comunicado oficial de Agricultura, el 24 de noviembre, decía que solamente se habían anotado hasta esa fecha unos 4123 productores, “de los cuales más del 75% cumplieron con los requisitos, por lo que se prevé un aporte de 4.250.859.000 pesos”.
Un mes más tarde, y ya cumplidos todos los plazos de inscripción, el mismo organismo acaba de publicar en el Boletín Oficial la resolución 276/2022, con la lista de los productores que finalmente fueron beneficiados (o compensados, mejor dicho) con estos pagos. En este operativo, Economía llegó a cumplir la promesa a tiempo, pues había prometido hacer los desembolsos antes de fin de año. Ahora le quedan tres días hábiles de 2022 para transferir el dinero a los CBU de los beneficiarios.
Eso si tiene plata, pues un articulo de la norma firmada por Juan José Bahillo establece que “el gasto que demande la implementación de lo establecido por la presente medida será atendido con cargo al presupuesto vigente de la Secretaría de Agricultura, sujeto a disponibilidad presupuestaria”.
Si hubiera “disponibilidad presupuestaria”, entonces, quizás usted pueda fijarse en el siguiente listado si aparece su nombre o el de su empresa, y el dinero que recibirá como regalo de fin de año. La lista es extensa y, por supuesto (para complicar la vida de los mortales), no está indexada. Pero al menos está ordenada por número de CUIT como para facilitar la búsqueda.
En total, según una primera mirada del extenso listado, serían mucho menos los productores beneficiados respecto de los 19.000 anunciados originalmente y de los 3.100 que se habían inscripto los primeros días y cumplían los requisitos.
La cuenta final, multiplicando el número de beneficiarios por página por las 28 páginas de anexo que define los pagos, quienes cobrarían serían apenas unos 1.760 pequeños productores de ambos granos. Es apenas el 10%, o menos, de lo que se anunció en septiembre.
En la resolución no se informa el monto final del operativo, pero la mayor parte de los productores cobraría (si hubiera fondos) un promedio de entre 800 mil y 1 millón de pesos. La suma en juego, entonces, estaría en torno a los 1.800 millones de pesos, cuando inicialmente se había anunciado una disponibilidad de fondos por 40.000 millones.
Autor: Matias Longoni
Fuente: Bichos de Campo