APENAS 27 MILLONES DE TONELADAS (Y SE PUEDE PONER PEOR)
La principal fuente de provisión de divisas de la economía argentina, de la que dependen muchos sectores, empresas y empleos, va camino a la catástrofe a causa de un desastre climático sin precedentes en el último medio siglo.
La nueva estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) es de una cosecha argentina de soja de apenas 27,0 millones de toneladas, mientras que la de maíz se ubicaría en 35,0 millones.
“No hay condiciones climáticas a la vista que permitan poner pisos a los rindes o al área que no será cosechada”, graficó un informe lapidario de la BCR. “De esta manera, se estima que ya se ha perdido el 45% de la producción esperada al inicio de la campaña”, añadió.
Con tales estimaciones, la campaña 2022/23 quedaría como la peor cosecha de las últimas quince, quedando incluso muy por debajo de la aún recordada y fatídica 2008/09.
“Sin un cambio de escenario climático a la vista, se advierten nuevos recortes. La cantidad de hectáreas a las que no se le están haciendo tratamientos contra malezas y plagas y la superficie que se ha desecado en estas últimas tres semanas es alarmante. Esto es muy marcado en sojas de segunda, pero también se ve un rápido deterioro en sojas de primera”, alertó la BCR.
Los rindes estimados de las siembras tardías de maíz se han desplomado al transitar el cultivo etapas definitorias en condiciones totalmente adversas. También empiezan a ser cada día más significativas las hectáreas del cereal que se están secando y dando por perdidas.
Cabe destacar que en buena parte del NOA hubo sistemas precipitantes de buen volumen. En tanto, el oeste de la región pampeana, el oeste de Córdoba, el norte de La Pampa y San Luis recibieron lluvias moderadas, algo que, en la actual coyuntura, es ciertamente para festejar.
De todas formas, se realizaron severos descuentos en los rindes de los maíces tardíos y eso, a nivel nacional, terminó tirando para abajo el rendimiento medio nacional a 57,8 qq/ha versus 64,0 qq/ha previsto un mes atrás.
Fuente: Bichos de Campo