La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) lanzó otra investigación que, lo más probable, no traerá resultados ni sabremos cómo terminará, así como sucede con los múltiples operativos lanzados por el organismo contra frigoríficos, exportadores de ajos y cebollas o más recientemente contra empresas apicolas. Ahora el turno le tocó nada más y nada menos contra los exportadores de granos, que por supuesto no son identificados.
Ya cansan estas gacetillas que apuntan solo a generar impacto en la opinión público y atemorizar a los operadores de cada uno de los sectores involucrados. Peor la AFIP es la AFIP, y la exportación de granos es la principal fuente de divisas de la economía argentina. Por eso, a pesar de nuestro fastidio por la falta de detalles y datos precisos, es necesario consignar esta información.
Dice la gacetilla oficial que AFIP “analiza una serie de maniobras sospechosas llevadas adelante por 20 firmas exportadoras”. Rara la cantidad, pues solamente existen un centenar de exportadores agrícolas y solo diez firmas concentran cerca dle 80% de los embarques.
“Las áreas especializadas del organismo que conduce Carlos Castagneto (siempre se menciona al funcionario en este tipo de informos, como si fuera él y no el organismo el que hace el trabajo que debe hacer) investigan operaciones de comercio exterior en donde se habrían subfacturado exportaciones de trigo, maíz, y soja y sus derivados”, agregó la AFIP.
Y agrega: “La subdeclaración de estas ventas, que fueron presuntamente realizadas por medio de triangulaciones, habrían permitido reducir en más de 44.000 millones de pesos la base imponible sobre la cual se estima el monto evadido en el pago de impuestos”. A la cotización oficial, serían algo asi como unos 220 millones de dólares. Parece mucho, pero hay que decir que la Argentina exportó granos y subproductos por cerca de 35 mil millones de dólares en 2022.
La AFIP también remarcó que “las transacciones que evalúa corresponden a envíos fuera del país de mercadería como habas de soja, harina de soja, aceite de soja, maíz y trigo. Las tareas de control y fiscalización se concentraron en los montos declarados por 20 contribuyentes que diferían de los precios informados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca”.
Por cierto, es bastante dificil realizar maniobras de subfacturación de exportaciones en este rubro, o al menos riesgoso, ya que la mayoría de esos granos y subproductos tienen preciso de referencia diarios que son definidos por Agricultura al amparo de la ley 21.453, y sobre los cuales se aplican también los descuentos por retenciones.
Pero la AFIP, que tiene todas las chances de controlar esos embarques en el momento en que se producen, declara ahora que “estas inconsistencias en conjunto con las triangulaciones detectadas llevaron al personal del organismo a iniciar acciones preventivas para evitar la evasión de impuestos y maniobras que se traduzcan en competencia desleal para los exportadores que cumplen con la normativa”.
Por lo pronto, el organismo realizó un requerimiento de información respecto de estas operaciones sospechosas que los contribuyentes investigados deberán responder en 10 días hábiles. En caso de no quedar satisfecha, podría reclamar 44.206 millones de pesos como actualización, un “monto correspondiente al ajuste potencial que podría aplicar el organismo para estimar los impuestos evadidos con la maniobra”.
Veremos. Igual será difícil que no enteremos qué sucede. La AFIP siempre informa sobre sus sospechas, pero nunca sobre el resultado final de sus investigaciones.
Fuente: Bichos de Campo